Antonio de Torres Guitarrero. Su vida y obra.

(The book is only in Spanish Language)

El gran guitarrero e investigador Jose Luis Romanillos escribe tras una meticulosa investigación este libro que no sólo describe la vida obra de Antonio de Torres (1817-1892), sino que también aporta datos reveladores sobre la historia del instrumento. La primera parte trata de la vida de Torres en Sevilla y Almería, mientras que en la segunda parte se ocupa de aspectos técnicos de su obra, describiendo su método de construcción.

Este libro fue un antes y un después en el reconocimiento internacional de legado histórico del guitarrero Antonio de Torres donde desde entonces se le reconoce lo que él también hizo que es sino otro antes y después en el instrumento de la guitarra clásica tal y como la conocemos ahora.

Tras este libro hubo por así decirlo un boom sobre Antonio de Torres que le situa hasta nuestros días en el guitarrero más reconocido, admirado y cotizado en la historia de la guitarra en todo el mundo.
Romanillos para escribir este libro viajó por muchos países a la búsqueda de instrumentos del gran guitarreo almeriense, elaborando un catálogo con más de 85 guitarras, de las que se detallan sus dimensiones, etiquetas, propietarios, etc. Más de 300 fotografías ilustran las guitarras y la biografía de Torres.

El volumen bucea en datos técnicos relacionados con la elaboración del instrumento: las maderas, las taraceas e incrustaciones, las plantillas que empleó, el uso del tornavoz, las etiquetas, las imitaciones que se hicieron después de sus guitarras y las grabaciones en las que se han utilizado guitarras de De Torres. El guitarrista inglés Julian Bream, que prologa el libro de Romanillos, asegura que con su lectura se toma conciencia “de la fase más vital en la historia del instrumento; esto es, la transición desde el modelo de guitarra del principios del siglo XIX, en el que se distinguieron especialmente los constructores Pagés, Panormo y Lacôte, hasta la más cálida guitarra romántica, que surgirá en la península Ibérica gracias, sobre todo, a la intuición de un diestro carpintero: Antonio de Torres”.